no pensar en ti
abriendo la ventana
y la blanca cortina la
cierra.
Y una vez abierta,
el aire entra pesado
y el calor se apodera de mí.
La casa de enfrente
donde todos duermen
donde no vigilan
me recuerda a algo
pasado y perdido
que no pretendí traer.
Pero estoy aquí dentro
y tú fuera,
tú lejos de mí
de esto que no conoces
del calor cruel.
Que venga el frío y nos
hiele
la sangre y la cabeza
el corazón
Que se vayan las sombras
no gracias a ti
sino al ahora.
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