miércoles, 21 de enero de 2015

La muerte del ruiseñor

Quiere ser dueño del sol y lo mantiene lejos. Dice adiós al amor, dice adiós, con la mano, 
con la sangre de la rosa aplastada bajo sus suelas desgastadas. Prefiere no apostar por causas perdidas, no apostar, solo brindar en el jardín. Lo único que le recuerda al amor son los libros, los ruiseñores y las rosas. Elige no presenciar más muertes, volar sin vivir para las rosas, cantar por estar vivo. Maldice a los ruiseñores que mueren por amor, el amor es egoísta, pero él es de los que viven de los sueños y la sangre es demasiado valiosa, quiere ver más rosas y más ruiseñores sellando pactos bajo las ramas.

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