martes, 6 de enero de 2015

La mecedora


Vuelvo a ser ellos: pensar y congelar.
Las bicicletas ruedan sobre los cables eléctricos,
el lugar de la luna no es la lejanía.
Un coche que vuelve al pueblo
el conductor gira su cuello.
No hay prisas, todos los pájaros salen.
Me siento en la mecedora,
pregunto: ¿será él?
Esas ruedas asfaltadas que silban
mientras van en pos del nuevo viaje.
Debajo de la casa se abre el cielo
veo planetas y hierbas que encojen.
Los vecinos van a misa, pero yo no
tengo mi sombrero.
El riachuelo se seca, un pentagrama que
discurre por diversos caminos.
Pájaros, venid a los cables, sois demasiado mayores
para recibir del viento el canto que ofrecéis.

1 comentario:

  1. Tiene una fuerza y dinamismo único, pero me que con la intriga. Sigue los límites de la imaginación y sensibilidad. Me encanta.

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