Quiero guiarte, me dices.
Silencio.
Hay muchos caminos y yo he elegido el mío.
Miro la puerta como si no la conociera.
¿Qué habrá al otro lado?
Horas que no pasan invencibles
poder usar
solo cerillas
zapatos de tela
agua y jabón.
El agua y la cocina tan podridas
por ver a su vecino en la sombra
frío y sucio,
el lugar donde se guarda la fregona
no se limpia.
El hogar
un tenue temblor que nos sostiene
el tiempo,
el silbar del viento.
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