Una
hoja
se suelta de la rama y vibra
despacio
antes de caer.
Las hojas
son como gotas de lluvia,
son como pájaros que no vuelan,
son como el sol que debe irse por
la noche.
Y en otoño
cada mañana al volver a casa
piso hojas pegadas por la lluvia en
el asfalto
y a veces alguna roza mi rostro
aunque no debiera pasar.
Si miro entonces la avenida
miles de hojas han muerto
y yo pienso que son bonitas,
que aún lo son aunque ya no
vibren.
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