sábado, 7 de febrero de 2015

Matar poemas y convertirlos en mucho menos que poemas

Todos los hombres matan lo que aman. Oscar Wilde

Así mato un poema y se convierte en cadáver.


Tu frente huele tierna
germen gustoso mi aliento.
Plantas la lenta, gruesa, fronda jaula
secada en heces,
tratas de fijar gotas, no jirones,
góndolas sueltas.
Brotan hartas vueltas contaminadas
fatal loco acude a mi entierro:
cuerpo, tela, mordaza,
cuello, basto opresor
vientre, cocidos trozos
ojos, fieles gusanos.

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